Cincuenta años del CEIP Sofía Tartilán


El 16 de mayo de 2018 se reunía la comunidad escolar del CEIP Sofía Tartilán, en Palencia,  para festejar sus bodas de oro.

Entre 1968 y 2018 este centro escolar ha desarrollado su labor docente y ha sido escenario de numerosos afanes artísticos, educativos, sociales…


Recuerdos deportivos

Pasé en aquel centro palentino de 1970 a 1978 y en él se forjó mi amor al fútbol en combinación con varios factores.

En primer lugar, una familia asturiana apasionada por el fútbol en varias generaciones y con una fuerte devoción por el Real Sporting de Gijón.

En segundo lugar, mi gusto por dibujar la avenida que pasaba por delante del domicilio familiar, con sus edificios y camiones, así como las diferentes gradas que han dado forma a los estadios Vicente Calderón (Madrid) y El Molinón (Gijón).


En aquellos años de patio, el amor por el deporte vino condicionado por los ratos de recreo con fervientes partidos de fútbol con los compañeros de clase y con la práctica intensiva de baloncesto, balonmano, fútbol y voleibol tras el tiempo de comedor y el inicio de las clases por la tarde.

Fue tan intensa la afición de aquel tiempo que supuso participar varios años en los Juegos Escolares en balonmano, fútbol y voleibol. Y la despedida en 1978, incluyó la participación en un partido de futbito en la recién inaugurada pista deportiva de la plaza de San Juanillo.

Todo este ambiente en compañía de grandísimos aficionados al deporte, con el paso del tiempo, dio jugadores profesionales del fútbol, árbitros de baloncesto, responsables como dirigentes deportivos en el Ayuntamiento de Palencia y en la Diputación Provincial de Palencia…

El paso del tiempo

A pesar de tanta práctica deportiva, en mi ánimo ganaba cada vez más fuerza el fútbol. Quizá dos instantes especiales ayudaron a ello. En primero de EGB me regalaron una camiseta rojiblanca que asociaba al Sporting y en la que mi madre cosió un número 7 para el dorsal y mi profesora, Encarnita Martín, confeccionó emocionada un escudo del Athletic Club de Bilbao. Y en sexto de EGB, cuando sufría un problema respiratorio que no me permitía correr y jugaba de portero observando el juego, me regalaron en un trabajo escolar un poster de José Ángel Iríbar.


Como en la novela El otro árbol de Guernica, escrita en 1968 por Luis de Castresana, aquella camiseta fue un símbolo personal de expansión afectiva y libertad.

Cuarenta años después de salir del colegio y cuarenta y siete de la foto en primero de EGB, se echa de menos a muchos compañeros, a familiares, a antiguos profesores. Fue una jornada divertida, para el reencuentro, para las anécdotas, para vivir un capítulo de la serie televisiva Cuéntame en vivo y en directo y, en especial, para abrazar con la mirada el patio de tantos afanes deportivos y sus ecos en la memoria. La felicidad acumulada en él fue la base del arranque emocional para la decisión que vino en 1981: dedicar todos los días un tiempo a leer, ver, practicar y escribir de deportes.

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